¿Qué nos oculta la enfermería?
Hay muchos porqués estudiamos esta profesión, pero seguro que todos se originan en un “me gusta cuidar a los demás”. En caso de que estudies por hacer algo y ganar dinero o porque tu madre lo es y le hace ilusión que tu también lo seas… ¡No lo estudies!
Enfermería ha de nacerte y nadie te lo debe imponer, porque es tan difícil ser enfermera que como no te guste lo que haces lo pasarás realmente mal. La vocación es lo más importante. Tú eliges si ser una enfermera amargada con el mundo o una que entra con una sonrisa por las habitaciones.
Una vez que te has graduado no hay vuelta atrás. ¿Qué has de saber?
1. No te llamarán a trabajar de la noche a la mañana, al menos para la sanidad pública.
Ten paciencia, fórmate y gana experiencia bien sea en la sanidad privada o en el extranjero. Aprovecha esta oportunidad. Tómatelo como un Erasmus, conoce gente, países, idiomas, y lo más importante, la forma de trabajar y gestión en la sanidad extranjera. De esta manera podrás comparar qué es mejor en España y viceversa. Pero te adelanto que hay muchos aspectos en los que nos dan mil vueltas, siempre mirando por el bienestar del individuo.
2. Tendrás que pagar sí o sí el colegio profesional para poder ejercer.
De esa no te libras.
3. Explotación laboral.
Si te toca trabajar en empresas o sanidad privada, verás muchos turnos en tu planning y pocos días libres y salario. Ahí comprenderás el porqué hay tantas enfermeras que desde que tienen la oportunidad salen como un cohete a la pública. En esta última ofrecen mejores condiciones laborales. Eso sí, al principio somos parches o “putitas del hospital” con contratos de días o meses y rotando por todos lados. ¡Ah, se me olvidaba! La cobertura será tu mejor aliado. Has de estar atento a esa llamada de contratación para que no te salten en la lista, y no digas que no, que te sancionan…
4. Si tienes suerte te tocarán turnos de 12 horas.
Con ello libras más días consecutivos, pero ¿a qué coste? No es fácil trabajar tantas horas y estar alerta, el estrés se va acumulando y con ello, insomnio y dolores. Peor aún, te tocará trabajar días festivos o fines de semana. Y dirás, ¿qué más da? Si, ya claro, piérdete tú los carnavales, la navidad, ese sábado de cervecitas con los amigos… ya hablaremos, ya.
5. Atenta al móvil.
En cualquier momento te puede llamar la super para ofrecerte cambios o simplemente imponértelos. Los pelos se te pondrán de gallina cuando oigas un … “ ¿puedes doblar hoy?, tienes que venir esta noche, tienes que trabajar el 24 diciembre”
6. No serás enfermera a secas, serás una súper enfermera.
Harás función de auxiliar, celadora, secretaria, informática, ingeniera, fontanera ( con tantas bolsas de lavado y tubos, me vas a decir que no?),etc.
7. Te convertirás en una agenda electrónica.
No pararás de memorizar números, datos y hasta antecedentes personales del paciente. Como te toquen varios días los mismos usuarios, ya te adelanto que, en vez de coger la guardia, casi que se la das tu al compañero.
8. Los errores suceden.
Somos super enfermeras, pero no lo sabemos todo, siento decírtelo. Cada unidad de trabajo es diferente, se requieren muchos conocimientos que no estudiarás. Así pues, pregunta una y mil veces hasta que te manden a callar, da igual, sálvate el culo tú sola. Es duro empezar y no tener ni idea de que hablan o cómo lo tienes que hacer.
9. Huele que alimenta.
Te acostumbrarás a hablar de heces, esputos y olores fétidos mientras comes, sin darle mayor importancia. Formará parte de tu día a día. Tanto es así que podrás usarlo como arma para fastidiar a tus amigos no sanitarios.
10. Nacer para morir.
No será fácil lidiar con la muerte, ni lo que ella conlleva: consolar a familiares y afrontar la situación. Sin embargo, esta profesión te da una de cal y una de arena, pues te ofrece la cara opuesta, la de la alegría en el nacimiento. Si alguna vez tienes la oportunidad de asistir a un parto o cesárea, no te lo pienses dos veces. Ve, para que te sirva de motivación en momentos duros. Esa felicidad plena compensa todo lo demás