¿A qué se debe esta conducta?
Cuando una persona siente ese estrés o ansiedad aumenta la probabilidad de que aparezcan conductas alimentarias no adecuadas. Podemos decir que el hábito alimenticio está guiado por las emociones. Comemos según el estado de ánimo que nos encontremos, pero sobre todo está guiado por las emociones negativas.
Las personas que tienen más riesgo de comer bajo situaciones de estrés son los comedores emocionales, que tienen una mayor vulnerabilidad y tienden a recurrir a la comida como un escape a la conciencia de sí mismos. Cuando se sienten ansiosos o emocionalmente activados o mal consigo mismos, tratan de evitar estos sentimientos negativos enfocando su atención en la comida.
Paul Lattimore
Cuando comemos sentimos placer, nos hace sentir bien (y esto es porque se libera una hormona llamada DOPAMINA). Lo peor es que buscamos ese placer en comidas rápidas, con alto contenido en grasas y azúcares. Arrasando por la despensa y … ¿a que después te sientes culpable?,¿ no te sientes saciado?,¿ tu problema continúa?.
“La ansiedad genera una necesidad de incorporar sustancias que suban la serotonina u otros neuromediadores, para obtener sensaciones compensatorias al estrés, y estas sustancias suelen ser dulces y alimentos con grasa”. A esto se une que el estrés genera el aumento de cortisol, una hormona que propicia el acúmulo de grasa.
Javier Aranceta
A ver, a ver que no cunda el pánico…Realmente tengo un problema o es normal tener esa hambre.
¿Cómo sé que no es hambre REAL?
- Las ganas imperiosas de comer aparecen de la nada
- Empezamos a imaginarnos comida, su sabor, textura… Por lo que no se origina en el estómago.
- Comemos de forma exagerada sin controlar las cantidades
- Suelen apetecer comida basura o muy grasa, con mucho azúcar y sal.
- Uso de la misma como premio.
- Se come de forma impulsiva, más rápido de lo normal.
- Lo peor es que comemos y no nos saciamos y encima después tenemos sentimiento de culpa y arrepentimiento.
Pero… ¿Por qué al sentirnos así me da por comer?
- No somos capaces de gestionar nuestras emociones.
- Estamos insatisfechos en algún momento de nuestra vida: aburrimiento, soledad, falta de motivación… Y la comida “nos llena” ese vacío.
- Tenemos problemas en las relaciones sociales, el miedo al abandono, a no ser aceptado… Buscan el alivio en la comida, que no encuentran en sí mismos ni en el entorno.
- Tener alguna carencia con uno mismo, que satisfago en la comida.
- Nos autoexigimos demasiado y buscamos desconexión y relax en la comida.
- Si reprimimos nuestras ganas de comer mucho tiempo puede tener efecto rebote, que haga que te comas mucha cantidad calórica en muy poco tiempo. Así que OJO! CUIDADO CON LAS DIETAS.
- Cuando vemos la comida como la única forma de encontrar placer.
- Tener unos niveles muy altos de estrés (me anticipo a una amenaza, a un peligro… ) llevan a manifestar la ansiedad y buscar en la comida un momento de paz y de calma con uno mismo.
¿Y qué hago si esto me pasa?
- Lo más importante es saber identificar que te pasa esto y con cuánta frecuencia. Cuando lo tengas claro acude a un profesional como un psicólogo. Nadie como este sabrá analizar el porqué tienes estas conductas.
- Identifica en qué momento te pasa: es cuando estás trabajando, cuando te estresas o simplemente estás pasando por un momento triste? Se consciente de las emociones.
- Si sabemos el cuándo y el porqué, tener en mano una serie de estrategias nos ayudará a prevenir este atracón.
- Busca otro tipo de recompensa que te genere placer para evitar acudir siempre a la comida.
- Evita pasar hambre, pues esto te generará más ansiedad. No te vuelvas loco comiendo poco, contando calorías… no pases hambre, hay que saciarse de forma saludable y si te da por picar algo, busca una opción más sana.
- Ten una alimentación más consciente, come más saludable, de forma lenta e intenta buscar ese placer en otros alimentos.
- Para mitigar la soledad y aburrimiento, que nos llevan a como dijimos previamente a la ansiedad de comer, busca algún hobby, pasa tiempo con tu familia.
- Intenta trabajar tus emociones para gestionar el estrés, para no buscar en la comida esa calma. Y para ello no hay nadie mejor que un profesional que te ayude.